Lo que por mucho tiempo fue el orgullo de Héctor Pérez, vecino de la Calle Cosmos en la Urb. La Marina, en un abrir y cerrar de ojos pasó a ser un recuerdo, manchado por el amargo sabor de que el Departamento De Recursos Naturales Y Ambientales (DRNA), diera 30 días para su destrucción. Las manos que hace 10 años le construyeron, hoy son obligadas a desmantelarlo.
Abajo, una foto de Héctor en el 2016, cuando orgullosamente nos habló del espacio que -con ayuda de un antiguo vecino- creó para el disfrute de la comunidad. Entre las personas que visitaban el lugar, se encontraban grupos que practicaban yoga en las mañanas.
Ovidio García: “Wow, yo trabajaba en esa área y en la hora de almuerzo varias veces la brigada se sentaba ahí, y lo bien y relax que la pasábamos almorzando...”
El reloj empezó a contar el 21 de julio de 2022, cuando el DRNA intervino con Héctor y otros vecinos de la Calle Cosmos, advirtiendo que tenían 30 días para desocupar los espacios. Según me comentan, fue con maquinaria del Municipio de Carolina, en unión a personal de Recursos Naturales, quienes empezaron a hacer los trabajos.
“Ya Recursos Naturales empezó a tumbar; mira el reguero que hicieron ahí (señala al lugar que está al lado). Tumbaron todas las verjas por ahí pa' abajo...” -Héctor
Residentes cercanos me informaron que el DRNA removió la verja, algunas palmas y otras cosas que encontraron en su camino.
Fernando Irizarry: "Era la construcción lo que tenían que remover y ellos vinieron y se llevaron enreda'os hasta los árboles y palmas que estaban sembrados."
José Coste Peralta: "Destruyeron y ahora lo que hay es un criadero de mosquitos."
“Si van a hacer la misma puercá que hicieron allí el jueves, mejor que no hagan nada”, añadió un vecino.
Así lucía el mismo lugar antes de los trabajos:
Héctor Pérez: “Sobre mi construcción, yo les dije: «mira yo aquí sinceramente no he tocado ni una hoja de esos árboles; eso está hecho alrededor de ellos, pero nunca los afecté.» Pero este jueves (21 de julio) ellos me dijeron: «tienes 30 días para tumbarlo.»
Cuando empecé a construir esto en el 2010, ellos vinieron y me dijeron «Mira, la última palabra la tiene el Inspector. Yo voy a hablar bien de ti, porque tú eres veterano y te vamos a ayudar.» Le agradecí por eso, pero nunca vino el inspector. Quizá fue que dijeron «contra, parece que está bien hecho eso», no sé...”
“Tantos chavos que hay metio's aquí...” -Dijo un vecino.
“Eso es así...” -Respondió Héctor, suspirando, tras una pausa de varios segundos.
A lo largo de la Calle Cosmos hay varias construcciones y espacios que vecinos del área han habilitado para compartir entre ellos y despejarse la mente, disfrutando de la sombra, la brisa, el ocasional silencio y la música que la naturaleza les regala.
Al momento de este escrito, vecinos -quienes alegan que sus construcciones no han afectado el ecosistema- no saben qué planes tiene Recursos Naturales con el área (si alguno), pero entre ellos hay quienes cuestionan el por qué urgen destruir estos espacios (que fueron creados para uso de todos), mientras a los más privilegiados [refiriéndose a casos de personas con gran poder adquisitivo a nivel isla] se les permite hacer daños ambientales sin aparentes repercusiones ni obstáculos, haciéndose de la vista larga.
DaimaLyn Ayala: "¿Por qué los de DRNA no se van a jo*** con las construcciones en área de la playa donde quieren hacer piscinas y edificios?"
Héctor J. Rosa: "Se la apuntan con quien no hace nada malo, pero para las construcciones en las áreas marítimo-terrestre como en Rincón, etc., miran para el lado."
Para no irnos tan lejos, en Carolina tenemos casos como la deforestación de un manglar en Vistamar en el 2020 y otra deforestación detrás del Condominio Intersuites, en febrero del 2022, por ejemplo. Ambas deforestaciones se hicieron en zonas sumamente cercanas a cuerpos de agua. La primera (Vistamar) por La compañía GMD, junto al DRNA y el Municipio de Carolina.
La segunda (detrás del Condominio Intersuites), por Crisdal Inc., presidida por Pedro J. Tartak.
Al final de este artículo, verás los enlaces para conocer más de ambos casos.
Volvemos a La Marina...
En una entrevista anterior, Héctor me comentó que sufre de depresión y, en su momento, la construcción de este lugar, así como el verlo terminado y hacerle mejoras cada cierto tiempo fue de gran ayuda para su trastorno. Más adelante me dejó saber que sus episodios de depresión vinieron a raíz de su servicio en la milicia.
"Construir este lugar, me ayudó a sobrellevar una depresión bien mala en el 2010", añade.
Héctor también me expresó su interés en adoptar el área, tal como Goya hizo en una parte de la Av. Baldorioty, como posible vía para conservar su estructura.
Héctor: “En estos días voy a ir a Recursos Naturales. Dudo que hagan algo porque esos trámites tardan más de 30 días, pero que por lo menos me den una carta de que se está trabajando el caso. Estoy pensando hablar con ellos a ver si me dejan adoptar esto para seguir arreglándolo y ponerlo lindo para que la comunidad disfrute.”
Sin embargo, en mi última visita al lugar (el sábado 30 de julio), pude notar vecinos desmantelando algunas de las estructuras a lo largo de la Calle Cosmos. Al verles, enseguida pasé por casa de Héctor, para ver cómo estaba su estructura y vi que -incluso él- quien anhelaba adoptar el área y mantenerla, ya estaba desmantelando la suya.
Aquí algunos detalles adicionales, recopilados en una de mis visitas al lugar:
Aquí los enlaces para conocer más de la deforestación por Vistamar y detrás del Condominio Intersuites:
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