Me encantaría empezar con otra línea, pero la verdad es que la ya olvidada Ciudad Deportiva Roberto Clemente entregó todo lo que tenía a la furia de María. Bueno casi todo, pero teniendo en mente lo poco que quedaba en pie, ya sabrás lo que eso significa...
Antes de seguir, quiero asegurarme de que sepas que esto no se chavó de María pa'cá, sino que llevaba años en desuso (solo algunas partes seguían recibiendo visitas casuales). En otras palabras: María no "tronchó" el sueño de Clemente; esto se convirtió en su pesadilla desde hace tiempo...
Así le llaman a esto... Pocos me entienden, pero siempre me han llamado la atención los lugares abandonados (como el Velódromo de Country, El Moho Park y la Lola [escuela], por ejemplo). Cuando voy por primera vez, me invento historias en mi mente... Y cuando los vecinos me las cuentan, ¡me transporto y -si puedo- los visito de nuevo para imaginarme cómo fue!
Pero no estás aquí para conocer de mí...
Como te dije arriba, ya este lugar estaba bien malito desde hace años, por lo que no debería sorprendernos la destrucción que veamos, ¿verdad? Lo mismo pensé y me equivoqué; me equivoque BIEN brutal... La foto de abajo (la piscina) la tomé en el 2016.
Te soy sincero: no fui hoy porque estaba a punto de oscurecer. Antes me hubiese tira'o la misión, pero ahora el camino está mucho más difícil y la mente no ayuda cuando la cosa está oscura.
Esther Rohena: "Recuerdo que mi padre solía llevarme a esa piscina, no sin antes pegarle a la pelota en el campo de bateo."
Desde hace unos años ya estaba bastante desmejorada y vandalizada (aunque se podía rescatar fácilmente), pero el Huracán María no tuvo piedad de ella.
Yarimar Rivera: "Aquí terminaban las bicicletadas y cuando nos tocaba ir a practicar en la pista nos reuníamos ahí para darnos las meriendas y esas cosas."
Cynthia L. Martín: "Lo mucho que corrí bicicleta y patines ahí..."
Pero te pregunto de nuevo: ¿recuerdas la cancha?
La impresión de ver esto así fue bien fuerte y me tomó un par de minutos asimilar lo que veía; este lugar me dolió mucho. Y, como siempre digo: no es lo mismo ver una foto que estar en el lugar... La foto es bella en comparación a la despiadada crudeza de pararse aquí y caminar sobre los metales.
Caminar entre este montón de escombros me aguó los ojos, pero me inspiró a la vez. Por cierto, lo usé de escenario para mi aportación a un vídeo que está pronto a producirse por Yael Deynes (el tipo tiene talento de sobra), así que -si Dios permite- representaré a Carolina en la campaña "UNA VOZ". Son solo unos segunditos, pero con una buena causa.
Según vi de lejos, otras partes de la Ciudad Deportiva (como el centro de actividades), no sufrieron daños mayores. Repito: según vi de lejos.
Lo que un día fue tremendo lugar de deportes, definitivamente pasó a ser parte de una memoria más. Si fue tan despreciado por tanto tiempo, ¿habrá esperanza ahora? Solo el tiempo dirá, pero, ¿sabes qué? Somos afortunados; tenemos historias que contar...
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