La playa nunca duerme

Llegué a Ocean Park, San Juan un sábado a eso de las 2:30 AM para tener la experiencia de dormir en la playa y ver el sol salir; no en grupo, ni nada: solo mi bici, unas botellas de agua, una bolsita de platanutres y yo. ("Nutre" suena a nutrición, así que estaba cubierto en esa área, ¡jaja!)

Sí: literalmente me acosté a dormir y lo logré por unos minutos. Sin embargo; hubo tres factores que no me lo permitieron del todo:

1. El jangueo intenso de varios grupitos de jóvenes (¡jaja! ¡disfruten, mi gente, de eso se trata!)
2. ¡Uff! Los mimes. Por mi madre que no me picó ni un mosquito: ahí lo que hay son mimes ninjas. Cuenta la leyenda que peligrosas gangas de mimes se reúnen desde las 2:30 AM para atormentar a quienes visitan esta playa.
3. y...

¿Pa' qué te digo que no? Si, ¡sí!

Siempre hubo un "feeling" de "perse" leve en el tiempo que estuve ahí (que si me asaltan, me roban el celu, el bulto, etc.), pero la razón más grande para no haber dormido lo suficiente lo fue el ruido de la gente...en serio: cuando digo "jangueo intenso", lo digo porque así fue. ¡Pero, na'! ...mientras hubiese gente gritando y corriendo por ahí, me sentía seguro, fíjate. Además, ¡me reía con las loqueras que escuchaba! Ganas no me faltaron de unirme a ellos un rato, ¡jaja!

A

¡Un bello amanecer!

A eso de las 5:50 AM, ya se podía ver este hermoso espectáculo al que llamamos "amanecer" o "salida del sol".

Si lo disfrutas tanto como yo, no te molestarán unas cuantas fotos...

Lo más brutal es que sé que se vio mucho más lindo de lo que mi camarita de $50 pudo capturar.

Ya después del rato, se va yendo la magia del color rojizo que lo llenaba todo hace un ratito, pero sigue siendo una experiencia bien chula.