Sabrás que llegaste al Paseo Lineal de Naranjito al ver estas letras tras finalizar el Puente Atirantado Jesús Izcoa Moure.
Me estacioné arriba y enseguida bajó un empleado muy amable quien me ofreció subirme en un carrito (como de golf) para evitar caminar la cuesta principal (obvio, dije que no, porque fui a caminar, no a mikiar ¡jaja!).
"Chico, ¿qué pasa?
¡Pfft! ¡Jaja!"
Así luce el puente atirantado por debajo:
Volviendo al tema, una vez arriba, me encontré con algo inesperado...
Antes de caminar pa' ver el lineal, tuve que tomar algunas fotos aquí.
El ambiente se veía super chulo y tenían buena música (recuerdo alguito de Rock Latino, un poco de Reggae Roots, Cultura Profética y eso [grabado, no en vivo]).
Y, sí: había gente adentro (en la parte que mostré arriba), solo que no quería incomodarles con la cámara mientras comían.
A lo largo del paseo, vi varios juegos para niños y columpios (a lo lejos de esta foto se ven unos).
También hay máquinas para adultos.
Bueno ahí decía "entrada", so...
Si no conoces el área, no te tires solo por esa entrada... Entré y estuve un rato caminando por ahí con la esperanza de llegar a lo que -según Google- parece ser la Quebrada Dajaos...
Aunque se ve super sencillo (por tener la cinta), en par de minutos me sentí como en un laberinto y viré.
¡Pero na'!
No sé si debería llamarle EL gazebo, porque -según recuerdo- fue el único que vi en todo el camino. Por cierto, me encanta su forma.
Me encanta cómo la naturaleza hace del camino uno tan llevadero. Hay varias cuestas; unas más fuertecitas que otras, pero nada fuera de este mundo.
¡No sé qué rayos es, pero me encantó!
¿Sabes qué? Esperaba que fuese más largo, pero a la vez, no me desilusionó; me encantó que no lo fuese. El hermoso Paseo Lineal de Bayamón me dejó algo trastornado con su interminable existencia (¡jaja!) y de verdad este fue una chulería caminarlo en comparación a ese.
Por cierto, el Paseo Lineal de Naranjito, mide unos 3,200' pies (975 metros); mucho menos de una milla, así que puedes caminarlo en confianza, que llegarás con vida al final y de vuelta (no como el de Bayamón, que... ¡jaja!).
A veces las encuentras en el camino; otras veces ellas a ti para llenar tus días de colores. Tan simples y tan importantes; tan sencillas, pero tan valiosas a nuestros ojos, tacto y olfato... Flor, ¿me permites olerte?
¡Gracias por un buen día!
Comentarios