Bien adentro en las montañas del Barrio Carruzos, Sector Las Flores en Carolina, se encuentra este hermoso lugar...
Lejos del ruido del área urbana, con altos picos y vistosos valles fértiles...
Las aguas del Río Canovanillas le añaden sus propias notas a la sublime música de su naturaleza...
Un lugar donde los niños aún juegan...
Sin olvidar la importancia de trabajar la tierra.
Porque el que siembra...
Con un área de 52 cuerdas de terreno, fue aquí donde Lilly y Javier decidieron dar vida al proyecto de agricultura agroecológica "La Redención".
Javier: “Ese fue el nombre que Dios puso en mi corazón. La redención es un cambio y así mismo estaba yo en mi vida en ese momento. Yo trabajaba cosas que no tenían nada que ver con la agricultura (electricidad, remodelaciones con gypsum board y estilismo) y estaba haciendo un cambio radical para dedicarme atrabajar con la tierra."
“Estoy redimiendo mi vida; estoy cambiando mi vida completamente. El que me conoce de años dice: ¿¡agricultor!?”
Javier y Lilly tienen un proyecto que da oportunidad a estudiantes de completar sus horas comunitarias y horas verdes.
En el mismo aprenden la importancia de trabajar la tierra, poniendo en práctica la siembra, cosecha y otras actividades según la temporada.
Lilly: "Este proyecto nació en mi corazón hace tiempo, pero cuando pasó todo esto de los huracanes Irma y María, fue que dije: 'vamos a hacer esto', porque no he visto que ninguna otra finca tenga algo así y es importante que los niños y adolescentes sepan la importancia de sembrar."
Lilly: “Vengo de una familia bien unida y esa unión es otra de las cosas que quiero llevar con el proyecto, por lo que los papás se pueden integrar con sus hijos a hacer las horas verdes en la finca.”
Lilly: “Al comienzo, siempre hacemos una oración, cosa que se ha perdido. Dios está en todo momento.”
Lilly: “Hay niños con dificultades sensoriales (estimulación, contacto con la tierra, etc.) y como educadora, trabajo esas dificultades en ellos mientras desarrollan destrezas de coordinación de ojo y mano, pensamiento, memorización y demás.”
Me comentó Lilly, que quieren abrir una escuela de agricultores, donde enseñarían a niños y personas de todas las edades.
“Con este proyecto queremos retomar todo eso que se ha perdido de los tiempos de nuestros abuelos, que sembraban y demás.”
Cada grupo suele ser de aproximadamente 10 estudiantes, trabajándolos sábados de 8 am a 12 pm, hasta que culminen las horas requeridas por sus escuelas. Una vez acumuladas las horas, recibirán sus certificados de participación.
Javier, criado en Villas de Loíza, nos cuenta que -aunque no creció trabajando la tierra- desde pequeño tuvo interés en la siembra, pues sus papás fueron de campo y era común verlos sembrar.
“Mi papá siempre tenía cosas sembradas y a mí siempre me ha gustado, pero como a los veintipico de años fue que decidí empezar a sembrar mi comida.”
Entre cosa y cosa, me comentó que “mucha gente empieza a tirar semillas a la tierra, las cosas no le salen, se frustran y dejan de hacerlo” refiriéndose a la importancia de aprender a hacer las cosas de la forma correcta.
“Hay que cuidar los suelos. Si la gente sigue dañando los suelos, nos vamos a quedar sin comida. En el mundo hay 12 órdenes (tipos) de suelo y en Puerto Rico tenemos 10 de ellos. Aquí tenemos suelos bendecidos para sembrar...”
Conoce más de los tipos de suelos aquí.
Javier: “Es importante apoyar al agricultor local; no solo lo que vende el supermercado, que pensamos que es de aquí y viene del extranjero...”
“Debemos tener bien claro en nuestras mentes que ahora mismo Puerto Rico lamentablemente no tiene sustentabilidad ni seguridad alimentaria y al apoyar al agricultor local, crece la agricultura y tendremos seguridad alimentaria.”
"¡No importa dónde seas plantado, cuando es la voluntad de Dios, florecerás dónde él quiera!"
-Finca Agroecológica La Redención
Barrio Carruzos, Sector Las Flores, Carolina
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